Deterioro del Mercado Laboral: Desocupación, Informalidad y Salarios Bajos
En medio de una profunda recesión económica, el mercado laboral argentino enfrenta desafíos sin precedentes. Los indicadores muestran un panorama preocupante, con la desocupación, la informalidad y los bajos salarios como principales señales de alarma.
La tasa de desocupación, que históricamente se mantenía en niveles bajos, ha experimentado un aumento significativo en los primeros meses del 2024. A fines del año pasado, los datos oficiales revelaban un desempleo del 5,7%, el más bajo en años. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente, reflejando el impacto de la recesión en la economía y, por ende, en el mercado laboral.
La informalidad laboral también ha alcanzado niveles alarmantes, superando el 50% de la población económicamente activa. Sectores como la agricultura, la construcción, hoteles y restaurantes, así como los servicios sociales y de salud, muestran una alta proporción de trabajadores en condiciones informales. Estos datos reflejan la precariedad de muchas formas de empleo en el país.
En cuanto a los salarios, el panorama no es alentador. A pesar de que la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) se situó en $555.269 en enero, esta cifra se encuentra por debajo de la línea de pobreza. Es importante destacar que este valor representa los salarios brutos, antes de los descuentos por cargas sociales, lo que significa que el salario neto de bolsillo es considerablemente menor.
El impacto de esta situación se refleja en la calidad de vida de los trabajadores y sus familias. Con salarios insuficientes para cubrir las necesidades básicas, se profundiza la crisis social y se amplían las brechas de desigualdad.
El desempleo, especialmente entre los jóvenes, continúa siendo una preocupación importante. En el último trimestre del año pasado, los datos mostraron que los jóvenes de entre 14 y 29 años fueron los más afectados por la falta de empleo. Asimismo, ciertas regiones urbanas, como Mar del Plata y el Conurbano bonaerense, registraron tasas de desocupación superiores al promedio nacional.
